martes, 27 de noviembre de 2012

Apuntes sobre la democracia latinoamericana por Roberto Berrozpe

 Apuntes sobre la democracia latinoamericana
El surgimiento del chavismo y el kirchnerismo
por Roberto Berrozpe

Introducción

En el siguiente trabajo me centraré, en el surgimiento del chavismo en 1998 en Venezuela y del Kirchnerismo en Argentina en 2003. Entiendo que ambos movimientos son la respuesta que logran articular las fuerzas políticas populares a las políticas neoliberales.
El chavismo y el kirchnerismo son acusados de ser movimientos populistas que ponen en riesgo la democracia. Ambos acusados de dictaduras, censura a la prensa y restricción a las libertades de la población de sus respectivos países, y vulneración de las instituciones democráticas.
La perspectiva desde donde abordaré el análisis sobre el populismo será la presentada en una serie de trabajos por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. El eje central del argumento del presente trabajo es intentar caracterizar los procesos venezolano y argentino.
Intentaré explorar las articulaciones de la formación de las identidades políticas en Venezuela en 1998 y en Argentina en 2003 y poder comparar sus semejanzas y diferencias. Presentar algunas conclusiones sobre el populismo latinoamericano.

Crisis neoliberal

Podríamos decir que una de las cuestiones que comparten Venezuela y Argentina es haber padecido la misma política económica. Es decir en ambos países se aplicaron políticas de corte neoliberal.
Hay dos hechos que podríamos tomar como quiebre de la política neoliberal en Argentina y Venezuela, si bien se dan en momentos calendarios diferentes, pero su significación es la deslegitimación de los sistemas políticos respectivos y de la crisis económica en que están sus economías. Hablamos del Caracazo en 1989 en Venezuela que es secundado con e intento de golpe del MBR200 y del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina. Si bien nos encontramos con dos procesos análogos, cada uno tiene sus ritmos y sus improntas, pero estos dos momentos marcan un quiebre de la historias respectivas de cada país y anuncian tiempos de cambio en la región. Las fuerzas populares se van articulando en uno y en otros lugares del continente, las élites se niegan a dejar sus privilegios y se produce un proceso de acumulación política popular que va, lentamente, volcando el fiel de la balanza.
En 1988 es electo en Venezuela Carlos Andrés Pérez del partido Acción Democrática con la promesa de campaña de aplicar una política de corte nacionalista y de recuperación de la economía. A poco de asumir, y contradiciendo todas sus promesas, implementó un paquete económico neoliberal. En el primer trimestre de 1989 aumento en un 100% el valor de la gasolina lo que repercutió en toda la economía venezolana[1]. Se suma a esto la liberalización de los precios de los alimentos[2]. Esto generó un fuerte descontento y los venezolanos encolerizados salen a las calles a manifestar su enorme descontento. El 27 y 28 de febrero de 1989 en las principales ciudades se producen manifestaciones y saqueos. El gobierno responde con la suspensión de las garantías constitucionales, establece un toque de queda  y comienza una brutal represión militar, que deja cientos de muertos y miles de heridos, sobre los sectores descontentos. Sin embargo, Carlos Andrés Pérez continua en su mandato, pero queda indeleblemente marcado este acontecimiento, ya nada sería igual.
Estos actos de salvajismo impulsados por las élites venezolanas y acatadas por los mandos superiores militares, resiente el sentimiento de los sectores medios de las FFAA venezolanas. No olvidemos, a diferencia que en Argentina donde las FFAA han sido responsables del genocidio de Estado, la particular formación de dichas fuerzas que a partir de los sesentas comienzan a tener una formación universitaria. Lo que conlleva que profesores universitarios les formen en cuestiones de historia, sociedad y política. Con la correlativa implicación de tener una visión muy diferente de la vida civil que detentan la mayoría de las FFAA latinoamericanas. Hay una mirada en los cuadros medios militares de que la insurrección es producida por una democracia corrompida y elitesca. Esto permite al MBR200 (Movimiento Bolivariano Revolucionario 200) poder acelerar los plazos de su intento de golpe contra el neoliberalismo y el sistema político decadente. El 4 de febrero de 1992 se levantan en armas varios destacamentos militares en Venezuela. Intentan infructuosamente tomar el Palacio de Miraflores y la residencia presidencial mientras otras unidades se hacían de control de centro neurálgicos Maracaibo, Maracay y Valencia. El intento insurreccional fracasa. Pero se sucede un hecho que repercute en toda la sociedad venezolana. Hugo Chávez logra convencer a las fuerzas que defienden al Presidente de que le dejen hablar por televisión para apaciguar a las fuerzas que seguían combatiendo. En esos cortos instantes en que Chávez le habla a la sociedad venezolana y pronuncia su celebre frase “Nos rendimos por ahora” queda inscripto su persona en las mayorías venezolanas. Esa alocución suscita una gran aceptación de alrededor del 60% de la sociedad en la figura del teniente coronel[3]. En palabras del propio Chávez “ese pueblo pobre, desorganizado, el mismo que se reveló en 1989 en el Caracazo, que salió a saquear y fue masacrado, pero no tenia liderazgo, no tenía capacidad organizativa, no tenía cuadro organizativo, no tenia proyecto, no tenía bandera. Sólo su furia, sólo su desesperanza, sólo su rabia y su dolor. Después del 4 de febrero el pueblo dijo: “Bueno, parece que hay un liderazgo, parece que hay un proyecto”[4]. Hugo Chávez queda presentado a la población venezolana como el líder indiscutible de la insurrección.
En Argentina en 1999 es electo Fernando de La Rua con el 48,5% de los votos, contra el 38,09 de Eduardo Duhalde por el Partido Justicialista, como Presidente de la Nación. Es impulsado por un frente de partidos llamado “Alianza” compuesto por el FREPASO y la UCR que prometía romper con el modelo menemista que venía aplicando políticas de corte neoliberal. El principal eje de campaña es contra la corrupción como el mal que lleva al fracaso a Argentina. Entre las medidas que realiza este gobierno podemos citar desregulación de los mercados de telecomunicaciones, creación de la Oficina Anticorrupción, se pone en marcha el Plan Nacional de Modernización del Estado, son sancionadas las leyes para investigar actividades terroristas y de Lavado de Dinero de origen delictivo. Sin embargo, la economía sigue en crisis, se suceden los ajustes, falta de reactivación. El 6 de octubre de 2000 renuncia el Vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez ante las sospechas de corrupción en el Senado por la Ley de Flexibilización Laboral[5].
El agotamiento del modelo económico trae como consecuencia el alejamiento del ministro de economía Machinea y la llegada de Ricardo López Murphy, quien anuncia un nuevo ajuste; esto genera un rechazo general y la dimisión de medio gabinete que significa la caída del ministro y la llegada de  Domingo Felipe Cavallo (ex ministro de economía de Menem).
La derrota electoral sufrida por la Alianza en las elecciones de 2001, sumado el voto “bronca”, entre los que no asistieron, los que votaron en blanco y los que anularon, que llegó casi a la mitad del padrón electoral[6], demuestra el claro desprestigio del sistema político y del rechazo a las políticas económicas. El voto bronca es un corolario del gran descontento que se viene manifestando desde mediados de los noventa en la Argentina. En 1997 ya se habían profundizado los piquetes de desocupados en varias provincias, las huelgas docentes y la Carpa Blanca, paro general de la CGT, entre diversas modalidades de protesta como el escrache a las casas de los represores por la agrupación HIJOS y las rondas de los jueves de Madres de Plaza de mayo. La Argentina de 2001 está convulsionada. La gota que rebalso  el vaso fue la continuidad del endeudamiento externo con el correlativo ajuste aplicado al presupuesto destinado a salarios, educación, salud y políticas sociales, vista desde la óptica neoliberal como gasto, y el llamado corralito que impidió que quienes tenían ahorros en los bancos pudieran retirarlos. Esto provocó el 19 de diciembre de 2001 que miles de argentinos salieran a las calles a protestar, se sucedieron manifestaciones y saqueos en todo el país[7]. El presidente decreta el Estado de sitio lo que radicaliza el descontento y miles de argentinos se vuelcan a la Plaza de Mayo. La represión no se deja esperar. En las jornadas del 19 y 20 se cuentan miles de heridos y más de 30 muertos[8]. El presidente renuncia y le sucede el gobernador puntano Adolfo Rodriguez Saa, quien renuncia nueve días después y se suceden 5 presidentes en una semana. Finalmente el 2 de enero de 2002 asume Eduardo Duhalde. La crisis político institucional y económica es evidente, la consigna de los manifestantes denota claramente la situación “¡Que se vayan todos! ¡Que no quede ni uno sólo!”[9].
El senador devenido en presidente Eduardo Duhalde, otrora vicepresidente de Menem y gobernador de la provincia de Bs. As. y candidato a presidente en 1999 por el Partido Justicialista, intenta llevar adelante una serie de medidas y realiza promesas que no logra cumplir como la de devolver dólares a los ahorristas que hubiesen depositados dólares. Duhalde intenta mostrarse como un Presidente sólido hacia dentro y hacia fuera. Intentará hacer valer su autoridad y capear la crisis económica. Quería granjearse la aceptación de los organismos de crédito internacionales (FMI y BM), y por otro, intentó poner en marcha, con la devaluación, una incipiente industrialización.
El descontento sigue en ciernes y el 26 de junio 2002[10], en un piquete, son asesinados dos militantes de movimientos desocupados en el Puente Pueyrredón, caen abatidos por balas de la policía Kosteki y Santillán. La policía con claras órdenes de imponer la autoridad cueste lo que cueste decide reprimir la protesta social con  balas de plomo. Esto pone al país de pie y Duhalde debe poner fecha de elecciones[11].
En el año 2003 con apenas el 22% de los votos, y ante el abandono a la segunda vuelta de Carlos Menem, Néstor Kirchner asume el 25 de mayo la Presidencia de la Nación. El presidente Kirchner es presentado como el delfín de Duhalde. Pero al correr del tiempo se demostraría que Kirchner tenía su propio proyecto.
La articulación del Pueblo.
Así, quedan presentados tanto Kirchner como Chávez frente a sus respectivas sociedades. Chávez desde la cárcel comenzará a ser visitado por diversidad de personas que irán construyendo una fuerza demoledora, “una avalancha del Pueblo”[12], que lo hará llegar a la victoria electoral de 1998. Kirchner ex gobernador de Santa Cruz, electo con un escaso 22% deberá darse a la tarea de granjearse la legitimidad necesaria para avanzar en su proyecto. Con recorridos diferentes, uno viene de uno de los partidos tradicionales,  el otro de las FFAA, con países en una profunda crisis política y económica,  ambos se darán a la tarea de articular las fuerzas populares que proporcione legitimidad y apoyo a sus mandatos.
Según Chávez su intento de golpe de Estado no puede catalogarse como un clásico golpe de Estado que intenta derrocar el gobierno democrático para instalar una dictadura, sino que ya ellos tenían un objetivo que era llamar a la Asamblea Constituyente que pariera un nuevo sistema político democrático. Las demandas de los sectores populares se centraban en alimentos, trabajo, salud y educación. Entiende el MBR200 (Movimiento Bolivariano Revolucionario 200) según palabras del propio Chávez “no basta con cambiar una parte sino lo cambias todo”[13]. Por eso desde un principio el objetivo estratégico era lograr una nueva constitución: “lo más importante es transformar el modelo político, refundar la República y echar unas bases. Sólo así podremos entonces impulsar un modelo económico”[14]. Luego del golpe del 4 de febrero llegaron a la conclusión de que hacia falta un pueblo movilizado. El planteo de tres fases del proceso constituyente el primero es “la transformación de la potencia en poder”[15], “la ofensiva masiva, la ofensiva popular”[16]. Los dos años que estuvieron presos, Chávez y sus compañeros, les sirvieron para tender lazos y profundizar en el proyecto político. Miles de cartas y personas visitaban al teniente coronel, brindó entrevistas a diversos medios esto le permitió una gran difusión. Su leitmotiv será la refundación de la república.
En mayo de 1993, Carlos Andrés Pérez quien había ordenado la represión en el Caracazo y quien había desbaratado el golpe del MBR200 era procesado por corrupción y es obligado a renunciar a su cargo de presidente[17]. Esto vuelve a darle valor a la acción del 4 de febrero ya que legitima su accionar contra un gobierno corrupto. Chávez poco a poco se va convirtiendo en un héroe nacional[18] y cimienta como líder de esa incipiente fuerza política que va articulando al pueblo venezolano alrededor de la pelea contra la vieja república: elitesca, corrupta, injusta, que trae hambre y miseria al pueblo venezolano.
Hacia fines de 1993 se llama nuevamente a elecciones presidenciales y Chávez llama al abstencionismo, Rafael Caldera es electo presidente con el 30,46 de los votos emitidos. El nuevo presidente continúa con el recetario neoliberal fomentado por el FMI[19] a pesar de evocar el programa de los insurrectos del 4 de febrero.
El 26 de marzo de 1994 El presidente Rafael Caldera firma el sobreseimiento del caso de Hugo Chávez. En abril de ese año se da a conocer el Movimiento V República (MVR) su programa “restauración del “honor perdido de la nación”, una gestión gubernativa honrada y eficiente de la riqueza nacional y medidas específicas contra la inseguridad ciudadana”[20].  El MVR se dedica a consolidarse a nivel nacional e internacional. El 14 de diciembre de ese mismo año Chávez es invitado a ir a Cuba por Fidel Castro. En cada acción política del movimiento que encabeza Hugo Chávez se va nominando el nosotros y el ellos, los que luchan por la refundación de la república y los que intentan conservar la vieja y sus privilegios. Se va conformando estos dos polos, este espacio fracturado del pueblo y su enemigo.
En las elecciones de1995 a gobernadores Chávez es tentado a presentarse pero se niega ya que su fuerza política entiende que se debe arreglar el todo o las partes no tendrán soluciones. Pero el llamamiento al abstencionismo es condimentado con una demanda que será en palabras de Chávez “La madre de todas las batallas” que es la Asamblea Constituyente[21]. Así, era un abstencionismo activo que le permitirá articulará las demás demandas. Sin reforma constitucional, sin una nueva constitución no habrá posibilidades. Así, con esa bandera Chávez se da a la tarea de recorrer el país “pueblo a pueblo, barrio a barrio, a conformar una organización”[22]. Con poquísimos recursos el MVR con Chávez a la cabeza se da la tarea de recorrer el país en una camioneta vieja, que después le robaron los servicios de inteligencia de Venezuela, y a medida que iba cruzando los pueblos se topaba con cientos de personas que llevaban a sus hijos vestido de soldados paracaidistas[23]. La boina roja empieza a ser su emblema. Se va conformando y nominando el Pueblo.
Apelando a la imagen de Bolívar, Zamora y Rodríguez, tres héroes de la guerra de independencia venezolana Chávez va construyendo su ideario político. Esto le permite tener una amplia llegada con los sectores populares que encuentran muy sentido el ícono de Bolívar el libertador de América. También Bolívar es un ícono de las FFAA.
Ya comienzan haber fuertes campañas en su contra desde los medios de comunicación y su movimiento sufre la persecución de los servicios de inteligencia venezolanos. Hacia 1997 el MVR decide hacer una evaluación del posicionamiento de Chávez en la sociedad. Con una rudimentaria encuesta que realizan a 100.000 venezolanos encuentran que casí el 60% de la población le presta su apoyo. El pueblo estaba atento y predispuesto a apoyar.
En las elecciones presidenciales de 1998 Chávez se alza con el triunfo con el 56.5 % de los votos terminando con la hegemonía bipartidista de más de 40 años. Con este rotundo triunfo  Chávez se hace con la presidencia. Es de destacar que en 1998 hay un intento de golpe que pretende dar por tierra el ascenso chapista, pero las FFAA venezolanas actúan para impedirlo. Así, Chávez cuenta con el apoyo de su pueblo y de las FFAA como garantes de la democracia. El enemigo del chavismo es la vieja república donde se cobijan los viejos partidos AD y COPEI, las cúpulas corruptas de la iglesia, las FFAA y sindicatos, asociados a los interés externos de dependencia.
En cambio en Argentina Néstor Kirchner llega con un escaso 22%  y con una fuerza política de prestado[24]. Sin embargo, en poco tiempo y con poco margen de acción logra una amplia adhesión ciudadana y una articulación de las fuerzas populares detrás de la bandera de cambio. En sus primeras declaraciones luego de haber sido electo deja en claro “No he llegado hasta aquí para pactar con el pasado. No voy a ser presa de las corporaciones. No dejaré mis convicciones, en nombre del pragmatismo, en la puerta de la Casa Rosada”[25] mostrando su firmeza como conductor del País. En su primer discurso como Presidente expresa claramente que él ha venido a conducir el cambio[26]. Con esto empieza a construir dos espacios de enunciación un “nosotros” y un “ellos”, el Pueblo Argentino y sus enemigos.
El protokirchnerismo debe empezar a dar respuesta a toda una serie de demandas, lo cual lo hace con clara velocidad y energía. Una batería de medidas políticas es llevada a cabo en poco tiempo lo que le granjea simpatías y enemistades. Pero logra articular al Pueblo Argentino debajo de la bandera del cambio. Ya a principios de mayo de 2003 nombra las corporaciones como primer esbozo del enemigo a vencer en esta contienda por el cambio de rumbo del país. A finales de mayo enfrenta y desplaza a todos los mandos de las FFAA hasta marcar claramente que él era el Comandante en Jefe[27]. Lo mismo acontece con las fuerzas de seguridad. El 30 de mayo los ministros De Vido Planificación Federal y Lavagna Economía anuncian que no se renovaran los contratos de concesión de quince corredores viales que vencían en octubre. Con esto se enfrenta a las empresas concesionarias de servicios públicos privatizados por las políticas neoliberales. Y además se declaró que se rechazarían los pliegos de las empresas que iniciaran juicios contra el Estado[28].
A principios de junio el nuevo jefe del ejército se expide sobre las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, dando a entender que sólo le corresponde a la justicia dar su veredicto sobre las mismas que el ejército se ajustara a lo que la justicia mande. A su vez Néstor Kirchner recibe a la representante de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien luego de la entrevista declaró tener grandes expectativas con el nuevo presidente. Una de las acciones llevada adelante por el Kirchnerismo es nombrar al reconocido Juez Eduardo Luis Duhalde al frente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación desde donde se llevan adelante muchos de los reclamos de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y otros organismos de derechos humanos[29].
En junio Néstor Kirchner declara a la prensa que hay que tener una Corte Suprema que sume calidad institucional y que la actual dista de serla. Acusó a Julio Nazareno presidente de la corte de intentar manipular y presionar al Presidente, en su reemplazo propone a Eugenio Zaffaroni[30]. Así, desplazó a los jueces apañados por Menem permitiendo la incorporación de nuevos magistrados con perfil progresista[31].
En relación al PAMI, obra social de los jubilados, implementa una intervención a fin de parar con la corrupción que la carcome. Uno de los referentes de la corrupción y entrega de los derechos de los trabajadores, el sindicalista Luis Barrio Nuevo, sale al cruce diciendo que el se va a resistir a dicha intervención. Esto nuevamente nomina al protokirchnerismo como la fuerza política que articula las demandas populares en contra de la burocracia y la corrupción.
Al cumplir un mes de gestión Kirchner recibe la visita del número uno del FMI, quien pretendía venir a marcarle la cancha al presidente. Kirchner en una cena en la residencia de Olivos le declara que “no vamos a firmar nada que no podamos cumplir. No queremos dar un salto al vacío”[32] . Siendo que el FMI es sentido por los sectores populares como uno de los actores principales de las políticas neoliberales, Kirchner se hace eco de esta enunciación y pone al organismo de crédito internacional como enemigo del Pueblo Argentino, siendo uno de los blancos preferidos por el discurso oficial.
Otra de las políticas implementadas por el gobierno Kirchnerista son las paritarias y el consejo del salario vital y móvil. Esto es una reivindicación de movimiento obrero argentino muy sentido que logra un amplio reconocimiento por parte del gobierno, y reconoce como actor político de la realidad argentina a los sindicatos. Así, Néstor Kirchner, en poco tiempo, logra presentarse como la contracara de la política de los noventa. Es el gran lector de las demandas del 2001, y logra articularlas constituyendo el sujeto Pueblo que le permitirá desarrollar las políticas de inclusión. Constituye una fuerza suficiente con la que intentará encarar medidas más profundas a escala que trascienda lo nacional y con capacidad de desalentar los golpes de mercado[33]. Asimismo, Néstor Kirchner reinscribe la primacía de la política por sobre cualquier tipo de decisión económico-técnica, re articula la necesidad de un Estado interventor que brinde garantías y justicia social a las clases desposeídas. Desde fines de 2003, Néstor Kirchner tiene una imagen pública positiva del orden del 80%[34].

La primacía de la política

Luego del triunfo electoral de Chávez con más del 56% de los votos, mediante la alianza del Polo Patriótico, que nuclea a diversas fuerzas políticas como el MVR, Movimiento al Socialismo(MAS), Partido Comunista(PCV), Patria para Todos(PPT) y otras cuatro organizaciones más, se empeña en llevar adelante las medidas prometidas. Con un fuerte apoyo popular y con las FFAA como garantes de la democracia Chávez decreta el llamado a la Asamblea Constituyente. Entiende Chávez “lo más importante es transformar el modelos político, refundar la República y echar unas bases. Sólo así podremos entonces impulsar un modelo económico”[35]. La economía, para Chávez y su fuerza política, está determinada por la política.
Chávez intenta cristalizar la relación de fuerzas en una nueva constitución venezolana que le permita avanzar en otras cuestiones “el nacimiento de lo nuevo depende de la muerte de lo viejo”[36]. Es consolidar un posicionamiento en las reglas de juego democrático. Se brinda al juego político con la organización del Pueblo a su favor en contra de los sectores de poder conservador. “Ellos cuentan con las fuerzas que les queda en el poder constituido(…) las fuerzas en el congreso nacional, donde tienen mayoría; las fuerzas que mantienen en los poderes: el judicial, la Corte Suprema de justicia; las pocas fuerzas que le quedan a los sindicatos que siguen manejando; la gran fuerza económica(…); el poder de los medios de comunicación(…) los aliados internacionales”. Así, quedan enunciados el Pueblo venezolano frente a su enemigo. Para Cháves la victoria pasará por la fuerza material del pueblo y la fuerza moral que está en el movimiento “la fuerza transformadora en el movimiento de masa consciente y acelerada”[37].
En menos de 2 años el Chavismo afronta seis elecciones que las gana todas. El 25 de abril de 1999 llama a referéndum por la constituyente: el 92% apoya a Chávez. El 25 de julio de 1999 se eligen en las urnas a los representantes de la Asamblea Constituyente: el polo patriótico se hace con 121 escaños de 128. En diciembre se suceden dos referéndums. El 3 de diciembre se convoca a la consulta por la renovación de la dirigencia sindical el cual se expide en un 62% por el si. El 15 de diciembre se convoca a referéndum para la aprobación de la nueva constitución casí el 72% se expide a favor. El 30 de julio del año 2000 se celebran las elecciones para Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, gobernadores, alcaldes y legisladores. El Polo Patriótico se hace con 100 escaños legislativos sobre 165, Chávez es elegido por el 59,76% de los electores. Así, con la participación activa del Pueblo venezolano, la garantía de las FFAA, Chávez consolida una fuerza política imparable. Hay un intento de la Corte Suprema por condicionar a la Asamblea Constituyente pero la participación del Pueblo venezolano a tráves de los referéndums da por tierra esas intenciones. La Asamblea Constituyente es plenipotenciaria lo que implica que puede remover magistrados y hasta el presidente de la nación. Esto fue claramente una estrategia del chavismo para imponer la instancia política de las nuevas fuerzas por sobre la antigua cristalización de las fuerzas políticas.
En Argentina la audacia política de Néstor Kirchner más la consecuente actuación de las fuerzas populares va gestando el sujeto Pueblo. Se van articulando diferentes sectores alrededor de la figura presidencial, como los sindicatos más combativos, movimientos de desocupados que van encontrando una solución a sus reclamos, además de que la desocupación va cediendo, los organismos de derechos humanos, diversas organizaciones de jóvenes, artistas y militantes que van viendo con asombro como el presidente Kirchner va enfrentando a los actores políticos neoliberales. Así, el presidente Kirchner se presenta como el transgresor de la política posibilista. Emprende una fuerte convocatoria y aplica una batería de decisiones sin parangón en la historia argentina. Imprimiendo una nueva situación política. En septiembre de 2003, con una gran expectativa, anuncia una quita histórica de la deuda externa que ronda el 75%. En el 2004 junto con Brasil pagan la totalidad de la deuda con el FMI en un gesto político de no aceptar los monitoreos y recetarios impartidos por el organismo internacional de crédito. Así, lo que parecía imposible dentro de la política oportunista del posibilismo, comienza a hacerse real a través de la política de la transformación. El kirchnerismo irrumpe en la escena política y cambiando las relaciones de fuerzas políticas da por tierra con los preceptos de la hegemonía neoliberal de los noventa: la economía queda supeditada a la política. El Estado es presentado como un actor central en la vida económica y, por ejemplo, es retomada la idea que la obra pública es una herramienta fundamental para la reactivación económica.
Chávez en Venezuela también mantiene negociaciones con el FMI por la deuda externa la cual es reestructurada que devoraba el 40% del presupuesto nacional. La principal política llevada a cabo por Chávez en materia económica es lograr la reorientación de la renta petrolera. Además de convocar, a pesar del disgusto de EEUU, a la OPEP para, con los países productores de petróleo, poder darse una política en conjunto. En 1999 el precio del petróleo había caído.  El 28 de septiembre del 2000 Venezuela es el país anfitrión de la cumbre de la OPEP para estabilizar el precio del barril de petróleo. El alza del Petróleo en agosto de 2000 permite a Venezuela capear la crisis económica mundial. Además, Chávez empieza a ser el promotor de la integración económica sur-sur. Chávez, ante el intento de amonestación de EEUU, por su política económica e internacional, manifiesta que Venezuela es un país soberano y que se encuentra con el derecho a realizar las relaciones comerciales que crea conveniente.
Con los logros electorales al hombro, la victoria de la constituyente, Chávez se da a una política de justicia social sin parangón en la historia venezolana. El 27 de febrero del 2000 aprueba el Plan Bolívar para revertir las tendencias negativas sociales y medioambientales. El 8 de septiembre de 2001 otorga 105000 acres de latifundios baldíos del Estado de Zulia al Instituto Agrario Nacional como preámbulo de lo que vendría a ser la Ley de Tierras y Desarrollo Rural. Así, expropia las tierras de terratenientes que están inactivas y las distribuye en la población campesina. El 70% de las tierras cultivables está en manos de pocos propietarios que no las hacen producir lo que lleva a que el país tenga que importar casí todos los alimentos que consume la población.
El intento de Chávez por controlar la empresa petrolera PDVSA en manos de directivos a fines de la oposición lleva al golpe de Estado del 11 de abril de 2002. En dicho golpe la participación de Estados Unidos es bien demostrada por Eva Colinger en su libro “El código Chávez: Descifrando la intervención de los EEUU en Venezuela”. Además, toman participación parte de las cúpulas militares corruptas, la cámara empresarial FEDECAMARAS y sumando algunas marchas de sectores opositores, ya que en algunas ciudades se concentran alta porciones de opositores manipulados por los medios de comunicación masiva que juegan un rol estratégico. Pero la manifestación popular del Pueblo Venezolano que baja de los cerros como un torrente imparable, más las  FFAA leales, logran rescatar a Chávez que se encuentra secuestrado. El Pueblo venezolano como sujeto político se ha instalado. Así, el 14 de abril el golpe es desarticulado y Chávez es devuelto a su mandato[38].
Kirchner intenta legitimar su incipiente fuerza en las elecciones de 2005 dónde su esposa como candidata de la provincia de Buenos Aires derrota a la esposa de Eduardo Alberto Duhalde quien fuera su padrino político a la presidencia de la Nación en el 2003. Marcando claramente la autonomía política del Presidente. También hace renunciar al ministro Lavagna que era a fin al gobierno anterior de Duhalde y el 28 de noviembre de 2005 nombra a una persona de su entorno Felisa Miceli.
Ambos presidente, Chávez y Kirchner, abogan por una rearticulación regional a costa del malestar de los EEUU. Rompiendo respectivamente con el posicionamiento de los noventas de plena sumisión a los dictados de la Casa Blanca. La nota color sobre esta postura de ambos países es la cumbre de las Américas llevada a cabo en Mar del Plata en 2005. Se consolida ese año la intención de la unidad latinoamericana donde tanto Chávez como Kirchner han tenido papeles protagónicos. 

Conclusiones

Según Laclau en una entrevista brindada a al periódico Tiempo Argentinouna de las cuestiones previas para que surja el populismo es que “debe haber una gran cantidad de demandas insatisfechas a nivel de la base y un sistema institucional que es incapaz de vehiculizarlas. Cuando alguien empieza a interpelar a esa gente para una movilización en contra del sistema, estamos ante una situación populista” [39]. Claramente esta fue la instancia de surgimiento tanto del chavismo como la del kirchnerismo. Con  sus diferentes improntas y visiones, Kirchner y Chávez enfrentan al sistema político caduco y convocan al Pueblo enunciándolo a través de la articulación de las demandas insatisfechas que dependerán de su capacidad para inscribirse en dicha articulación.
Con un fuerte respaldo popular ambos presidentes avanzaron en reclamos históricos de los de los sectores más golpeados por el neoliberalismo. Anteponiendo políticas audaces, rompiendo con el status quo conservador, reescribiendo la legitimidad de las políticas reivindicativas populares. Chávez avanzó con expropiaciones de tierras, y de empresas como PDVSA, Kirchner realizó una quita histórica de la deuda externa, afirmo las paritarias y el consejo del salario, disciplino a las empresas privatizadas de servicios, en algunos casos las renacionalizó. Todo con un fuerte apoyo popular.
Ambos presidentes se hacen eco de un discurso confrontativo que tiende a marcar el espacio social, donde de un lado queda el pueblo y del otro sus enemigos. En ambos países hay enemigos en común como el FMI, la Corte Suprema, las cúpulas corruptas de la iglesia y algunos sindicatos, una oposición política fragmentada, los medios de comunicación masivos en representación de los sectores económicos concentrados. Néstor Kirchner y Hugo Chávez apelan a las fuerzas populares para confrontar a los sectores poderosos.
Según Chantal Mouffe “Todo orden es la articulación temporaria y precaria de práctica contingentes (…) todo orden es político (…) Las practicas articulatorías a través de las cuales se establece un determinado orden se fija el sentido de las instituciones sociales como “prácticas hegemónicas””[40]. Lo que a mi entender trae dos conclusiones sobre los procesos venezolanos y argentinos en particular y latinoamericanos en general.
En los noventa interpelar el saber técnico-económico era como cuestiona una verdad absoluta. Así se impuso que ciertas medidas económicas eran ineludibles. Había que implementarlas si o si. La resistencia popular, que logro radicalizarse y articularse con los liderazgos de Chávez y Kirchner pudo poner en cuestión estas verdades absolutas y presentarlas como decisiones políticas. Cabe decir que el liberalismo económico siempre presenta a la economía como autónoma de la política, mientras que en la tradición nacional popular[41] y en los presupuestos teóricos de Laclau y Mouffe viene a estar supeditada  a la política como la instancia donde se define en forma contingente a través del juego político y como producto de las relaciones de fuerza.
La otra cuestión es la rearticulación institucional que viven ambos procesos. Los procesos argentino como el venezolano se inscriben en una fuerte crisis institucional política. Por lo que los movimientos kirchnerista y chavista, cada uno por su lado, sus acentos y ritmos diferenciados, instauran nuevos órdenes.
En el caso Argentino vemos como el congreso nacional queda supeditado a la fuerte impronta del Presidente Kirchner quien logra una relación directa con su pueblo que lo acompaña. Por tanto las decisiones y el debate político son corridos a otras instancias. La institución “primordial” del liberalismo, el “parlamento, pierde su protagonismo. También la justicia se ve asediada por las fuerzas populares y es reformada.
En el proceso chavista también sucede lo mismo. Con una fuerte participación a través de elecciones y referéndums es reformada la constitución, con un fuerte rechazo por los poderes legislativo y judicial, donde se encontraban las fuerzas conservadoras del viejo régimen. Se articula el sistema político dando preeminencia a la participación popular y con el fuerte liderazgo de Hugo Chávez Frías. Se modifica, entre otras cosas, la constitución, el sistema político completo, atributos presidenciales, el “parlamento”, por ejemplo  pasa a ser unicameral, y la Corte Suprema de Justicia.
Lejos de ser un problema de calidad  o debilidad institucional, creo, que es parte de la democracia el poder establecer o buscar diversas articulaciones de las instituciones políticas, posibles canales de participación, alternativa de mecanismos políticos que permitan una expresión más cercana a un gobierno del pueblo. Mi conclusión es que en estos dos procesos estudiados hay una clara impronta política de la soberanía popular que pone en cuestión las democracias liberales y propone una articulación singular, que intenta ser superadora.

Bibliografía

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[1] Colinger, Eva. El código Chávez: descifrando la intervención de los EEUU en Venezuela.  Buenos Aires: Fondo Editorial Question, 2005, página  52.
[2] EL Insurgente, “Pueblo venezolano insurgió contra el capitalismo salvaje”,  El Insurgente N° 7, diciembre de 1989.
[3] Elizalde, Rosa Miriam y Báez, Luis, Chávez Nuestro, La Habana: Casa Editora Abril, 2005, página 76.
[4] Bilbao, Luis. Chávez y la Revolución Bolivariana. Buenos Aires: Capital Intelectual, 2002, páginas 26-27.
[5] Toer, Mario. De Moctezuma a Chávez: repensando la historia de América Latina. Buenos Aires: Ediciones Cooperativas, 2008, páginas 166-167.
[6] Rodríguez, Santiago, “El voto bronca cumple dos años y parece que no crece”, Página 12, 26 de abril de 2003. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-19352-2003-04-26.html
[7] Granovsky, Martín. “El día ( y la noche) del no va más”. Página 12, 20/12/2001. Verbitsky, Horacio. “saqueadores y saqueo”. Página 12, 20/12/2012.
[8] Alarcón, Cristian. “La historia de las victimas policiales en la Plaza de Mayo”, Página 12, 22/12/2001. http://www.pagina12.com.ar/2001/01-12/01-12-22/pag17.htm
[9] Granovsky, Martín. “Contra la corrupción, la corte y el corralito”, Página 12, 29/12/2001. http://www.pagina12.com.ar/2001/01-12/01-12-29/pag03.html
[10] Vales, Laura, “La cacería de la policia termino con dos muertos a balazos”, Página 12, 27/06/2002. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-6855-2002-06-27.html
[11] Toer, Mario. De Moctezuma a Chávez. Repensando la Historia de América Latina. Buenos Aires: Ediciones Cooperativas,2008, página 181.
[12] Dieterich, Heinz. Hugo Chávez: con Bolívar y el Pueblo. Nace un nuevo proyecto latinoamericano. Buenos Aires: Editorial 21, 1999.
[13] Dieterich, 1999, página
[14] Dieterich, 1999, página 25.
[15] Bilbao, Luis. Chávez y la Revolución Bolivariana. Buenos Aires: Capital Intelectual, 2002, página 26.
[16] Dieterich, 1999, página 22.
[17] Colinger, 2005, página  53, Elizalde, 2005, página 374 y Toer, 2008, página 152.
[18] Bilbao, 2002, página 28. y Dieterich1999.
[19] Colinger, 2005, página  54.
[20] Colinger, Eva2005, página  53. y  Elizalde, 2005, página 374.
[21] Dieterich, 1999, página 22.
[22] Dieterich, 1999, página 22.
[23] Elizalde, 2005, páginas 44-45.
[24] Toer, 2008, página 181.
[25] Biglieri Paula y Gloria Perelló (compiladoras). En el nombre del pueblo: La emergencia del populismo kirchnerista. Buenos Aires: Universidad Nacional de Gral. San Martín, 2007, página 62.
[26] Duhalde, Mariano (compilador). Cuadernos de la militancia N° 2: Discursos del Presidente Néstor Kirchner 2003-2007(primera parte). Buenos Aires: Ediciones Punto Crítico, 2011, página 15-28.
[27] Toer, 2008, página 181 y Biglieri, 2007, página 63.
[28] Biglieri, 2007, página 63.
[29] La Nación, “Nombran a Duhalde en Derechos Humanos”, La Nación, 29/05/2012.
[30] Grondona, Mariano, “En la Corte, un paso a la izquierda”, La Nación, 06/07/2012
[31] Toer, 2008, página 182.
[32] La Nación, “El presidente recibe al número uno del FMI”, La Nación, 24/06/2003.
[33] Toer, 2008, página 183.
[34] Toer, 2008, página 183.
[35] Dieterich, 1999, página 25.
[36] Dieterich, 1999, página 29.
[37] Dieterich, 1999, página 30.
[38] Toer, 2008, página 178.
[39] López Ocon, Mónica, “El kirchnerismo realizó un milagro histórico”, Tiempo Argentino, 1/10/2011.
[40] Mouffe, Chantal. En torno a lo político, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2011, página 25.
[41] Argumedo, Alcira. Los silencios y las voces en América Latina: Notas sobre el pensamiento nacional y popular, Buenos Aires: Colihue, 2006, página 216.